Reencontrarnos con nuestra historia desde la cronología hilvanada en nuestra memoria por el vencedor, y, al mismo tiempo, intercalar esos referentes con otros íconos de quien subvierte o persiste en el silencio, es esa la experiencia que nos permitimos plantear con el "mecate histórico". Allí se establece un primer diálogo entre los datos validados por las hegemonías, y la persistencia, de los pueblos originarios. He aquí el inicio de esta experiencia:
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